Escribe: Antonio Portillo Peinado, escritor e investigador taurino.
Terminada la feria,
y por tanto lamentablemente la temporada taurina en Córdoba, toca analizar la
situación a la que nos ha llevado la nefasta gestión que ha realizado, realiza
y me temo realizará, el Consejo de Administración de la Sociedad Propietaria
del Coso "Los Califas". El empecinamiento en mantener directamente la
plaza por la Propiedad cobrando un importante Canon a la empresa taurina, y
otro a la que explota los conciertos y otros eventos no taurinos, abandonando
la idea de unas exigencias taurinas a dicha empresa, nos ha llevado a esta
lamentable situación.
En Córdoba se
dan muchos menos espectáculos taurinos que en el resto de plazas de primera
categoría, pero lo malo es que una veintena de plazas de segunda categoría
también dan más espectáculos taurinos que nuestra ciudad, y lo peor es que
alrededor de 15 plazas de tercera categoría también nos superan en número de
espectáculos taurinos mayores. De esos más de cuarenta núcleos de población,
entre capitales y pueblos, sólo Sevilla y Madrid pueden compararse con Córdoba
en historia taurina.
Como socio
propietario y aficionado llevo, desde hace 7 u 8 años planteando al anterior
presidente del Consejo de la Propiedad y a miembros del actual, que es
imprescindible cambiar la estrategia y con ello la empresa taurina, cuyo
interés por el Coso de Los Califas no va más allá de "apuntarse" en
el curriculum la gestión de una plaza de primera categoría, para concursar a la
gestión de otras plazas. A La FIT le importa tres pitos Córdoba, su plaza y su
afición. Este año lo ha hecho tan mal, que más bien parece que lo ha hecho
queriendo, para justificar, o su salida (termina la prórroga este año), o una
rebaja en el Canon.
La Propiedad debe
elaborar un Pliego de Condiciones con una serie de exigencias de carácter
taurino, como desconcentrar espectáculos en feria, aprovechando también Semana
Santa, "Los Patios" y septiembre para espectáculos mayores y verano
por la noche para otros espectáculos como becerradas, concursos de
recortadores, capeas etc.
A cambio no debe exigir Canon, teniendo que mantener
la plaza la empresa adjudicataria, a la que también se le debe conceder la
capacidad de subcontratación de espectáculos no taurinos (habrá que esperar 2
años, dada la torpe adjudicación que se hizo en 2017 por 5 años), para mejorar
el resultado económico.
Dado que
prácticamente se ha perdido la afición en Córdoba, hay que crearla partiendo de
cero. Es por ello que la adjudicación a la empresa taurina debe hacerse por un
amplio periodo de tiempo, fraccionable en subperíodos sucesivos, incrementando,
progresivamente el número de espectáculos en el desarrollo temporal de dicha
adjudicación.
Así mismo hay que
dotar al Coso de Los Califas de una personalidad que no tiene, y en este
sentido hay dos cuestiones determinantes: por una parte bajar la categoría de
la plaza a segunda, ello rebajaría significativamente los costes de las
corridas, y por otra dotar de un carácter torista a la Plaza, habida cuenta de
que sería la única plaza de Andalucía con esa personalidad, y que en Córdoba
tenemos dos de los encastes más antiguos, me refiero a Saltillo y Santa
Coloma
En definitiva, en la gestión que haga la Propiedad deben
primar los elementos taurinos y no los económicos, porque el abandono de los
primeros puede conllevar la pérdida de los segundos, sin perder de vista que el
uso principal de la Plaza es el de espectáculos taurinos, y no de bodas,
comuniones, conciertos y cabarets, y siempre teniendo en cuenta que pese a que
la titularidad del Coso de Los Califas sea privada, prestamos un servicio
público.
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