Ladislao Rodríguez Galán
Hace un par de meses
se creó en Dos Torres una entidad taurina alrededor del joven torero local
Josué Hidalgo a la que se bautizó como "Tertulia Cultural Taurina Josué Hidalgo".
El acto de constitución - en el que estuve presente - fue una exaltación
impresionante de amor a la Fiesta de los Toros y de apoyo a este nuevo valor
que se curte en esta difícil profesión en la Escuela Taurina de Córdoba.
En esa reunión se
nombró a la junta directiva que quedó así: presidente Juan Alcalde García,
vice-presidente Samuel Peinado Medrán, Secretario José Manuel Hidalgo Reyes,
tesorero Francisco Javier Ruiz Madueño y como vocales José RafaelMadueño,
Francisco Ruiz, Francisco de Sales Márquez, Francisco Javier Salas, Sergio Gil,
Jonathan Viñas, Samuel Alés, José María Hidalgo, Francisco José Iglesias,
Fernando Peinado y Luis Vioque.
El primer acuerdo que se tomó fue fijar la fecha del 25 de
Mayo como el día de la inauguración oficial de la Tertulia. Y desde ese momento
se comenzó a trabajar en la organización de una fiesta campera en la que
participaran todos los asociados. Se eligió la finca "Llanomojao" de
la localidad de El Alamillo (Ciudad Real) que no queda muy lejos de Dos Torres.
Esta finca es propiedad del matador de toros Félix Jesús Rodríguez que cuenta
con una punta de ganado procedente de Salvador Domecq y una plaza de toros muy
coqueta con un amplio graderío y palco de invitados ideal para que el
público esté cómodamente sentado.
Así que, el día anunciado, un autocar y varios coches
particulares emprendieron camino de este precioso rincón entre el Valle de
Alcudia y el Valle de los Pedroches.
Nada más llegar el experto cocinero Francisco Ruiz
"Bigotes" se puso a lo suyo, que no era otra cosa que guisar un arroz
para alrededor de cincuenta personas que componían la excursión. Y cuando
estuvo a punto se procedió a dar cumplida cuenta del exquisito perol, que
confirmó la buena mano de Francisco para el arte culinario.
Y, claro, una vez terminado el almuerzo, agradable rato de
tertulia y solaz, con estas personas tan amables, hasta las siete de la tarde que comenzó el toreo.
Para esta ocasión, el ganadero Félix Jesús había seleccionado un eralito de buena lámina que, tal como el mismo pronosticó, salió excelente.
Josué lo paró con el capote y ya con la
franela lo fue mimando y enseñando a embestir hasta conseguir que tomara la muleta, por
ambas manos, con clase, bondad y bravura. El animal fue de esos que sueñan los toreros, repetidor y obediente a los toques de los engaños.
El novillote fue un extraordinario sparring para este chaval
que va progresando adecuadamente. Sinceramente, (yo que fui testigo el año
pasado de sus diez actuaciones), lo vi esta tarde mucho más asentado, mas capaz y más elegante en
su toreo. Fue un Josué distinto, que está aprovechando muy bien las incursiones
que está haciendo a distintas ganaderías está primavera.
La práctica es fundamental, en todos los oficios y más en
este en el que no puedes conocer de antemano las reacciones de tu oponente. Por
eso hay que estar muy rodado para saber, y poder, superar los obstáculos que
surjan.
No fue este el caso, afortunadamente, ya que el animal fue un
colaborador constante. Mucha clase embistiendo y muy bien aprovechadas todas
sus acometidas, dieron como resultado una completísima tarde de toros.
Ni se sabe la cantidad de pases que le enjaretó Josué, y
siempre el animal con la boca cerrada. Le dio sus tiempos y eso evitó la
congestión.
El joven torero culminó su labor con unas ajustadas manoletinas y
rubricó su faena entrando a matar (de manera simulada) con decisión y entrega.
Una fuerte ovación, con saludos desde el tercio, fue el justo
premio que recibió Josue, como respuesta agradecida de los socios que habían
disfrutado ( al igual que todos los presentes) de su buen toreo. Por eso fueron
muchos los parabienes y felicitaciones que recibió el torero, y también, justo
es reflejarlo, el ganadero.
Antes de partir para
Córdoba, junto a mi agradable compañero de viaje el profesor de la Escuela Taurina de Córdoba, Juan Antonio García "El Califa", tuvimos
tiempo los dos de participar en una tertulia al fresquito de unas frondosas
sombras de moreras que cubren el amplio patio de la finca. Y claro, solo se habló del buen día que habíamos pasado y de lo buen torero que es Josué.
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