EFEMÉRIDES TAURINA
FERNANDO SERRANO “YIYO” CUMPLE CINCUENTA AÑOS DE ALTERNATIVA
SIEMPRE USABA PARA LA SUERTE SUPREMA UN ESTOQUE QUE PERTENECIÓ A "LAGARTIJO"
El torero, que estaba triunfando como novillero,
rehusó hacerse matador de toros en ninguna otra plaza que no fuera la de Las
Canteras, de su pueblo, eligiendo para
el feliz acontecimiento
A pesar que tras el doctorado recondujo su vida por otros derroteros ajenos al mundo taurino, nunca ha dejado de ser un aficionado cabal y entendido. Pocas veces ha faltado a la cita en la plaza de su pueblo. Disfruta y sufre en el tendido con lo que sucede en el ruedo.
Desde estas humildes páginas me sumo al homenaje que se le tributará el próximo día 5 de agosto en su Priego natal.
Cuenta Miguel Forcada en su libro “Fiestas
de toros en la comarca de Priego de Córdoba” que el primer contacto de Fernando
con una becerrita se produce, junto a sus hermanos, en el patio de la casa
donde vivían, sita en la calle Herreros, nº 14. De niño es ya un buen
aficionado a los toros y comienza a entrenar a muy temprana edad. Siempre por
entretenimiento, nunca pensando que llegaría a ser el único ( hasta la fecha)
matador de toros nacido en el pueblo. Es en 1965, con 17 años, cuando de verdad
se siente torero. Sucede ante una becerrita que su padre adquiere para torearla
entre todos los hermanos. Torea muy bien de capote y cuando tenía que matarla
su hermano José María, pide hacerlo él y se le concede el deseo. Lo hace bien y
ya no piensa en otra cosa que no sea en hacerse torero. Se entrena a fondo con
duras sesiones de ejercicio físico y toreando mucho de salón. El día 23 de
Abril de 1967 debuta ante el público en Brozas (Cáceres). El chaval esta muy
bien y es ovacionado. Este sería el comienzo de una brillante carrera paseando
el nombre de su pueblo por la geografía
taurina española. Dominaba muy bien el toreo de capa y con la muleta era un
torero artista, pero lo fundamental, la suerte suprema, se le daba de
maravilla. Ser tan certero con la espada le abrió muchas puertas grandes porque
remataba muy bien sus faenas. “Yiyo” utilizó siempre para matar sus toros un
estoque que perteneció al I Califa del Toreo Rafael Molina “Lagartijo”. Esta
espada, que el guarda como oro en paño, se la obsequió José Lozano Madrid, gran
admirador suyo.
La temporada de 1.967 fue muy importante en
su carrera, pues alcanzó a torear 14 novilladas ( aunque firmó veinte) cortando
un total de catorce orejas y dos rabos. Balance más que importante tratándose
de su primera temporada. Recuerda con satisfacción la tarde del 15 de
septiembre en Ubrique, donde después de una enorme faena mató al toro de
fulminante estocada y le otorgaron las dos orejas y el rabo. En la temporada de
1.968 comenzó a dar su dimensión como un torero importante, pues consiguió
torear fuera de Andalucía, sobre todo en Extremadura y algunas plazas del
norte. Tras un excelente comienzo de la temporada 1.969, en la que alterna en
un festival con Jaime Ostos y “Miguelín”, decide hacer la presentación oficial
en su pueblo. El ambiente era extraordinario. Ya se comenta en los mentideros
taurinos la capacidad de Fernando para triunfar la mayoría de las tardes, y eso
anima a la gente. Hay muchos deseos de ver al torero paisano. Pero por culpa de
la lluvia hasta dos veces hubo de aplazarse la novillada de presentación, hasta
que, por fin, el día 8 de Junio se celebra el festejo. Con novillos de Pérez
Valderrama, “Yiyo” corta una oreja en el primero y dos y el rabo en el segundo.
La plaza era un disloque. Le acompañaban en el cartel Tobalo Vargas y David
Moreno “Morenito de Cáceres”. Como apunte curioso señalar que fue llevado a
hombros hasta su propia casa. En la temporada de 1.970, por mor del servicio
militar, la carrera del valiente diestro sufre un ralentí importante, actuando
solo en dos festejos: Priego y Torremolinos. Se licencia a mediados de Agosto
del año siguiente Y alcanza a torear cerca de una docena de novilladas, entre
las que hay que destacar su presentación en
Fernando Serrano no confirmó el doctorado
en Madrid ni se cortó la coleta, simplemente dejó de torear.
Esta es, en síntesis, la historia
profesional de un torero cordobés que acaba de cumplir cincuenta años como
matador de toros.
Para terminar estas líneas, una anécdota
que me refirió el propio torero. Es normal, y casi obligado como recuerdo histórico, que los toreros cuando toman la alternativa manden disecar la cabeza
del toro. Sin embargo Fernando no puede lucir ese
trofeo, porque cuando acordaron y se acercaron al desolladero los carniceros ya habían destruido la cabeza. Si tiene colgada en su casa la cabeza del segundo toro.
Sería interesante reeditar el cartel de la alternativa para que lo tengamos los aficionados taurinos
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